ANGELA Y SUS AMIGOS GUÍAS

Parece ser que había tres ángeles. Juntos fueron convocados a una gran reunión en la que se elaboraba un plan para crear un planeta de libre elección. El universo necesitaba una situación en que unas entidades deberían dejarse solas para que buscaran su propio nivel de vibración a fin que el universo -todo el universo- pudiera medir los resultados al cabo de un tiempo y saber cómo proceder. Esta, por lo tanto, se convirtió en la mecánica de un maravilloso experimento de amor, y la palabra experimento se utiliza aquí en el máximo sentido del honor.
 
Ángela, uno de los ángeles, sentía una especial curiosidad por el nuevo planeta. Escuchó el plan y dijo:

-Este es verdaderamente un acontecimiento honorable. Me gustaría ser parte de él.
Sus dos amigos también decidieron participar, y aunque se precisó mucho tiempo de preparación en términos humanos, en el tiempo universal (que se encuentra en el "ahora") todo sucedió rápidamente hasta que llegó el momento de la sesión de planificación.

Y fue así como Ángela, sus amigos y aquellos que les rodeaban y que también habían decidido participar, pasaron a formar parte de este gran acontecimiento. Se sentaron e hicieron grandes contratos para sí mismos, porque el plan era que cada una de ellos se encarnara en este nuevo planeta y que, mientras estuvieran en él, su verdadera identidad estuviera completamente escondida para ellos. Para hacer que sus pruebas interactuaran, las experiencias que deberían afrontar se planificaron colectivamente. Así, Ángela y sus amigos pasaron mucho tiempo planificando estas cosas. Estos planes y contratos eran complejos, porque implicaban a muchas otras entidades además de los amigos de Ángela; todas ellas en cooperación con la planificación, todas ellas preparando pruebas para sí mismas también. Una vez establecidas las lecciones y las pruebas, llegó el momento de la acción. Muchas de las entidades dentro de la planificación se desplazaron en primer lugar a la Tierra. En el momento adecuado, Angela y sus dos amigos fueron juntos a la Tierra.

Angela había planeado con los otros que vendría en forma de ser humano hembra. Además, el plan incluía que ella tuviera la oportunidad de un padre que la maltratara, y el padre había acordado representar este papel con ella. Ángela debía también llevar un pesado karma, puesto que de los tres que habían decidido venir, Angela tenía el atributo de un ciclo de tiempo largo (su atributo universal), de modo que sería un perfecto humano con un karma pesado. También se planificó que en su décimotercer año hubiera una prueba apropiada para Ángela; es decir, que perdiera a su madre. La entidad de su madre ayudó en la planificación y estuvo de acuerdo en tener presente este atributo.

Un padre que la maltratara y la muerte de la madre eran atributos muy duros para un pequeño ser humano y se prepararon adecuadamente en el plan general. Es importante que nos demos cuenta de que no había aquí predestinación alguna. Estos eran los retos para Angela y su familia humana. Aquellos que vendrían y cumplirían con los retos más pesados a su alrededor, lo hacían por elección y con un acuerdo por adelantado. Cada uno de ellos tendría la opción de incorporarse o salir del plan según lo deseara una vez formara parte de la Tierra. Por lo tanto, las ventanas de oportunidad que crearían estas cosas se establecían por acuerdo. Las pruebas eran lo que los humanos hicieran con cada ventana. Libertad total de elección era la opción de cada uno de los humanos; ir a través del plan o no.

Y así fue como un día Ángela nació en el plano terrestre, y los dos ángeles que eran sus mejores amigos universales se unieron a ella como sus guías terrestres; invisibles pero junto a ella para mantener el equilibrio de la energía mientras ella estuviera biológicamente viva. Estaban a su lado a cada paso.

Y así Angela nació como un humano en septiembre. El plan seguía su curso y las condiciones de su karma y del karma del grupo que le rodeaba estaban en su sitio. En efecto, su padre representó el papel planificado, porque su karma era que la maltratara, y así lo hizo, eligiendo con toda su sabiduría astral el permitir que existieran los atributos kármicos de Ángela. Este fue un tiempo de prueba para la niña Ángela. Puede recordar cómo se escondía en un armario, esperando que su padre no volviera a su casa ese día, sentada en la oscuridad temblando con miedo por lo que pudiera pasar. El padre fue a casa, y atravesó ésta como una tormenta, embriagado de ira, hasta encontrar su pequeño y oscuro escondite; y lo que siguió no fue agradable para Ángela y creó una energía que siguió con ella durante el resto de su vida. Recordaba cómo olía, su sonido, cómo era el miedo. Ángela recibió la impresión del sello de un niño maltratado aquella noche y otras noches a lo largo del tiempo.

Ángela vivió a través de estas situaciones, sólo para encontrarse con que, a sus 13 años, su madre fallecía. Ángela estaba fuera de sí, sin saber qué hacer a partir de aquel momento. Se sentía abandonada por todos. Se escapó y fue al bosque y se sentó en un tocón durante largo tiempo, llorando con aflicción por ser un niño con la carga de un adulto. Sus amigos, sus ángeles guía, estuvieron con ella todo el tiempo, dándole energía, sosteniendo su mano, derramando sus propias lágrimas, amándola a través de esas pruebas del espíritu humano.

Vivió esos tiempos, pero algo interesante sucedió. Porque el plan estaba diseñado completamente, y aquellos que habían acordado participar representaron bien sus papeles, y en el proceso crearon nuevo karma para las futuras encarnaciones que pudieran también tener. ¿Qué haría Ángela con el atributo kármico de un padre que la maltrataba y una madre que la abandonó tempranamente? ¿Qué significaría para ella más adelante? Su prueba kármica se había generado y estaba ahora en su lugar.
Por extraño que parezca, cuando Ángela llegó a la edad adulta, lo primero que hizo fue encontrar una pareja ¡que era como su padre! Sus amigos ángeles sabían por qué sucedía esto, y la apoyaron durante esos tiempos. Y al final, esta pareja también la maltrató.

Y tal como prosigue el viaje, llegó un momento en que esta pareja se fue, y Ángela se sintió de nuevo abandonada. El padre que la maltrataba la había abandonado en la integridad de la familia, su madre la abandonó en la muerte, y ahora su pareja la abandonaba en el amor. ¡Angela estaba en una encrucijada de su vida! ¿Se iba a replegar en sí misma y culpar a Dios por su situación desdichada? ¿Iba a desempeñar el papel de víctima a partir de entonces? Ángela tenía la opción; aquello que es el motivo esencial de su venida a la Tierra en primer lugar. Lo que ahora hiciera afectaría a todo el planeta.

En medio de esta prueba, Ángela fue animada a iniciar un examen interior. Su sabiduría, proveniente de haber tenido que vivir con la muerte y los malos tratos de pequeña, le dio una visión general que la ayudó a equilibrar su reacción a las pruebas de su vida. ¡Esto excitó a sus ángeles! Sabían que algo iba a suceder. En efecto, Angela empezó a mirar en su interior para ver quién era ella realmente e inició un camino espiritual que, con el tiempo, la conduciría a una vida en paz, y al perdón de aquellos que la habían herido de tantos modos. En el proceso, su karma se difuminó... y Angela elevó su vibración, lo que tuvo influencia en todos los humanos en todas partes.

Y así fue como Angela murió a los 83 años, habiendo completado una encarnación en la Tierra que era valiosa para ella y para la totalidad. Su descubrimiento de sí misma había incrementado la vibración del planeta y estaba en paz con su muerte.

Queridos, aquí es donde empieza lo mejor de la historia. Porque después de la experiencia de la muerte y el viaje a la cueva, Angela pasó al gran salón del honor. Ustedes, humanos, nunca han visto algo parecido en la Tierra, ni tampoco pueden recordarlo de antes porque está bloqueado en su memoria. Pero yo les digo, queridos, que es aquí donde reciben sus colores cada vez que finalizan una encarnación. Aquí es donde se les da la banda del honor para que todo el universo vea lo que han ganado. Porque, vayan donde vayan, a partir de este punto todas las entidades universales sabrán dónde han estado por estas bandas. Y este planeta de la libre elección en el que estuvieron como voluntarios será recordado y honrado para siempre. Muchos querrán comunicar con ustedes durante mucho tiempo y pedirles que les cuenten historias sobre cómo fue formar parte del gran proyecto llamado Tierra.

Otros permanecerán a un lado y les honrarán en la distancia; pero todos sabrán de su viaje y todos les amarán por su amor y sacrificio. Porque lo que sucede en la Tierra afecta a todo el universo.

¡Por esto Dios les respeta tanto! Porque éste, queridos, es el trabajo que han elegido hacer. Y aunque pueda sonar grandilocuente para ustedes, hay decenas de millones de entidades presentes en esta ceremonia del color, todas ellas en el gran salón al mismo tiempo para celebrar el honor que se ha otorgado a cada uno de ustedes. Porque esta es una nueva banda de honor, una que no ha existido antes en el universo. Ustedes los que se encarnan una y otra vez en este planeta forman parte de un conjunto único de entidades, las que se ofrecieron para este propósito, y su proceso nos llena (a Kryon) de respeto. Por ese motivo nos sentamos a sus pies. ¡Por eso les amamos tanto!

Angela permaneció en pie frente a la multitud y aceptó sus colores, y sus ángeles guía celebraron junto a ella, y fueron también honrados con otros colores. Después de la ceremonia de celebración, Ángela se quedó sola con sus amigos. Empezaron a hablar de las cosas maravillosas que habían visto mientras estuvieron en el planeta Tierra. Sus amigos, los guías, empezaron a hablarle mientras, figuradamente, se daban las manos, saltaban arriba y abajo, retozaban y jugaban frente al telón de la galaxia de luces.

-Angela, ¿recuerdas cuando te escondías de tu padre en el armario? ¿Recuerdas cuando nos sentamos junto a ti y te cogimos las manos y te abrazamos? ¿Lo recuerdas? Te alimentamos con energía para que pudieras superarlo. Te amamos con amor incondicional. Te sostuvimos cuando eras demasiado débil para resistir. ¡Abrazamos tu corazón cuando pensaste que se rompería de confusión!

Y Angela contestó:
-Oh sí, lo recuerdo. Estimados amigos, gracias por vuestro amor. Sí que lo recuerdo, ¡sí!

-Angela -le preguntaron- ¿recuerdas el tiempo cuando murió tu queridísima madre y te sentaste en el tocón en el bosque, sola, y te preguntabas lo que te depararía la vida; a dónde irías y qué te iba a suceder en el futuro? ¿Recuerdas que nos sentamos junto a ti entonces y te dimos nuestras manos y te dimos energía y te amamos? ¿Recuerdas nuestras lágrimas, y nuestro compartir de tu carga? ¿Lo recuerdas?
Y Ángela dijo:

-Ah, sí, lo recuerdo. ¡Sí!
Y sus amigos le preguntaron:
-Ángela, ¿recuerdas cuando celebramos tu boda, y lo contenta que estabas en ese tiempo de tu juventud? ¿Recuerdas tu júbilo y tu felicidad entonces? Te sosteníamos las manos y te abrazábamos y te enviábamos energía y bailábamos contigo. ¿Recuerdas esto?
-Oh, sí, queridos amigos míos, lo recuerdo -contestó Ángela- ¿No fue ese un gran tiempo?

Y de pronto Ángela, inmóvil, habló preocupada:
-A través de esos tiempos, amigos míos, nunca agradecí vuestra presencia ni una sola vez. Nunca os dije que os apreciaba. De algún modo sabía que estabais allí. Sois mis mejores amigos, pero nunca os dije que os quería.

Y sus amigos saltaron y dijeron:
-Ángela, por favor, recuerda que estabas en la dualidad del humanismo. Te encontrabas en el espacio ungido de aprendizaje. Te encontrabas en medio de las pruebas de tu contrato. No te lo reproches, porque ¡eras y eres magnífica! La celebración que acabamos de vivir honra el viaje y el esfuerzo. No hay fracaso en tus ojos, sólo admiración por el viaje.

Ángela comprendió lo apropiado de sus observaciones, pero aún había algo dentro de ella que le hizo decir:
-Hay algo más que hacer.
Con esto, y con el total acuerdo de los que la rodeaban, dijo:
-¡Hagámoslo de nuevo! ¡Volvamos a la Tierra! Y esta vez, quizás esta vez, os veré y sabré quiénes sois. ¿No será maravilloso?

 

Kryon
 

LA VIDA ES COMO EL TIRO CON ARCO

El blanco era difícil.

Un águila oscura con solo una pluma blanca en la punta del ala
volaba alto,
 muy alto en curvas caprichosas, y desde el suelo
con una sola flecha había que arrancarle la plumita
 blanca sin herir al ave.

Llegó el primer arquero al centro reglamentario, y el Maestro le preguntó:
"-¿qué ves?" Contestó: "-Veo el público, y mi familia y amigos...; veo el prado y las plantas
y los árboles que me rodean; veo las nubes en el cielo, y el águila
que entre ellas vuela". "-Ves demasiado", dijo el Maestro, y lo despidió.

Llegó el segundo. "-¿Qué ves?" "-Veo sólo el punto blanco de la pluma que he de alcanzar con mi flecha". "-Ves demasiado poco", dijo el Maestro, y lo despidió.
Llegó el tercero. "-¿Qué ves?" "-Más que ver, siento. Siento a mi alrededor el público que con sus voces y sus gestos señalan el vuelo del águila; siento en mi piel la fuerza y la dirección del viento que me indica sin yo distraerme, hacia dónde va a empujar mi flecha; siento el arco y la flecha como prolongación de mi brazo y mano, y la pluma blanca en el cielo que se deja acariciar desde aquí por mi mirada". "-Tú estás preparado", dijo el Maestro, "puedes tirar".

Hubo un momento de susurros y miradas, de brisas y caricias, del sonido vibrante del arco seguro y la trayectoria certera de la flecha veloz. Un momento en que el todo se unió con el todo, y árboles y nubes y rostros y miradas se unieron en la punta de la flecha y en el copo blanco de la pluma que descendió satisfecha de satisfacer a todos. Cuando todo es uno, todo vive".

Me gustó la historia, firmada por la hermana Teresita Santamaría, pues pensé que más que hacer cosas hay que vivirlas, sentir ese momento mágico que está escondido en cada cosa. A veces estamos replegados sobre nosotros mismos, no somos capaces de ese sentir la vida. El egoísmo nos impide darnos cuenta de lo que hay a nuestro alrededor, nos anula, priva de ser uno mismo quien actúa. Tendemos a dejarnos llevar por la rutina, el aburrimiento, y en esta situación caben las dos posibilidades: caer en la rutina que esclaviza -ver poco- o como el primer arquero ver demasiado, divagar, es fácil que la imaginación se desate y busque un refugio en la fantasía que, alejando de la realidad, acaba adormeciendo la voluntad. Es la 'mística ojalatera', hecha de ensueños vanos y de falsos idealismos: ¡ojalá no me hubiera casado, ojalá no tuviera esa profesión, ojalá tuviera más salud, o menos años, o más tiempo!" En esos casos, uno tiende a escapar de aquella situación a la que no quiere enfrentarse. Como la protagonista de la novela "Donde el corazón te lleve" de S. Tamaro, que dice a la abuela que se va a América, pues "así al menos no pierdo el tiempo y aprendo idiomas". Pero le contesta la abuela que la vida no es una carrera sino un tiro con arco, lo importante en la vida no es hacer muchas cosas y no perder nunca el tiempo sino estar centrado, y el que no está centrado está descentrado, inquieto hasta que encuentra su centro.

Hay que evitar esos dos peligros: ver tan poco que uno acaba esclavo del deber, trabajo, afán de dinero... y está aburrido; y como consecuencia la cabeza va hacia otra parte, escapa entre ensueños que alejan de la realidad. Hemos de vivir la vida, estar centrados en lo que toca en cada instante, y "sentir" el momento presente como la única cosa existente, sin pensar en lo que pasó ni en lo que vendrá. Dios está como escondido en cada quehacer, y ese "algo divino" que está en todas las cosas está siempre ahí, esperando que sepamos encontrarlo, vivir cada instante con "vibración de eternidad", como recordaba estos días Mons. Javier Echevarría con unos versos del poeta Joan Maragall, que comprendía muy bien ese "algo divino" encerrado en cada instante:

"Esfuérzate en tu quehacer / como si de cada detalle que pienses, / de cada palabra que digas, / de cada pieza que pongas, / de cada golpe de martillo que des, / dependiese la salvación de la humanidad / porque en efecto depende, créelo".

Autor: Beatriz Alatorre


 


 

 



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