Arte de Edward Burne Jones
"Los días de la creación"
"El sexto día"
La Jerarquía Celeste
de Dionisio Areopagita
CAPITULO V
¿Por qué llaman indistintamente ángeles a todos los del Cielo?
Esta es, en cuanto yo alcanzo a conocer, la razón del nombre "ángel" en las Escrituras. Pero ahora creo que debo preguntarme por qué los teólogos llaman indistintamente ángeles a todos los del Cielo, a la vez que, al tratar de las jerarquías celestes, reservan el nombre de "ángeles" para el último orden jerárquico, el que está subordinado a los grados de los arcángeles, principados, autoridades y poderes que las Escrituras reconocen superiores.
En todas las jerarquías sagradas el grado superior de cada orden posee las Iluminaciones y poderes de los que le están subordinados, pero éstos no tienen las propias de los superiores. Los teólogos dan el nombre de "ángel" también a los órdenes más altos y santos de entre los seres celestes por el hecho de que manifiestan las iluminaciones, procedentes de la Deidad. Pero hablando concretamente del último orden de los seres celestes no hay razón para llamar ángeles a los miembros de los principados, tronos o serafines, porque los ángeles no participan de los supremos poderes de éstos. Sin embargo, así como este orden superior eleva a nuestros inspirados jerarcas hasta donde ellos conocen de la luz de Dios, los órdenes del grado superior elevan a sus subordinados los ángeles hacia la Deidad.
Si la Escritura emplea el mismo nombre para todos los ángeles es porque los poderes celestes tienen en común una capacidad, inferior o superior, para identificarse con Dios y entrar, más o menos, en comunión con la luz que viene de EL.
Mas, para aclarar todo esto, contemplemos con mirada pura las santas propiedades de cada orden celeste tal como la Escritura lo ha revelado.
CAPITULO VI
Cuáles sean la primera clase, media e inferior del orden celeste
1. ¿Cuántos son y cómo se clasifican los órdenes celestes? ¿Cómo cada una de las jerarquías logra la perfección? Sólo el que es Fuente de toda perfección podría responder con exactitud a estas preguntas, pero, al menos, ellos conocen las iluminaciones y poderes propios de cada orden y su puesto en este orden sagrado y trascendente. Por lo que a nosotros toca, no es posible conocer el misterio de las mentes celestes ni entender cómo alcanzan la más alta perfección. Podemos tan sólo conocer lo que la Deidad nos ha manifestado misteriosamente por medio de ellos, ya que conocen bien sus propiedades. Nada, por tanto, tengo que decir por mí mismo de todo esto y me contento meramente con explicar como mejor pueda lo que aprendí de los santos teólogos sobre los ángeles tal como ellos nos lo transmite.
2. La Escritura ha cifrado en nueve los nombres de todos los seres celestes, y mi glorioso maestro los ha clasificado en tres jerarquías de tres órdenes cada una. Según él, el primer grupo está siempre en torno a Dios, constantemente unido a El, antes que todos los otros y sin intermediarios. Comprende los santos tronos y los órdenes dotados de muchas alas y muchos ojos que en hebreo llaman querubines y serafines. Conforme a la tradición de las Santas Escrituras están colocados inmediatamente junto a Dios y a su alrededor, más cerca que ninguno de los otros. Este triple grupo, dice mi célebre maestro, forma una sola jerarquía que es verdaderamente la primera. Sus miembros disfrutan de igual estado. Son los más divinizados y los que reciben primero y más directamente las iluminaciones de la Deidad.
El segundo grupo, dice, lo componen potestades, dominaciones y virtudes. El tercero, al final de las jerarquías celestes, es el orden de los ángeles, arcángeles y principados.