SERAFINES
Su misión parece ser muy poética y las pocas referencias
a
ellos les mencionan como los cantantes,
especialmente en loas a Dios.
Se
les atribuye una gran movilidad en torno
al trono divino,
generando calor y
movimiento
a su alrededor, aportando
igualmente luz
que nunca
se apaga y que sirve para ahuyentar
la oscuridad.
La Palabra deriva de “Seraph” que es traducida como
serpiente “quemar” “ardiente” e incluso “ruedas de fuego”.
Se caracterizan por el ardor con que aman las cosas divinas
y
por elevar a Dios los espíritus de menor jerarquia.
Para atraerlos es
conveniente leerles poesías o cuentos
de hadas, ya que tienen una
inocencia infantil
Dionisio Areopagita dijo que los nombres dados
a estas
inteligencias celestes significan los modos distintos
de recibir la
impronta de Dios y que serafín
equivale a decir inflamado o incandescente.
Los
serafines son considerados según su idea,
el orden mayor de la jerarquía
celestial,
los que rodean el trono de Dios
y están en constante alabanza
diciendo:
¡Santo, Santo, Santo…!
Son Ángeles de amor, de la luz y del fuego.
QUERUBINES
Son los guardianes de las obras de
Dios, sus templos
y los caminos que conducen a una evolución
espiritual y
engrandecimiento
de la conciencia.
Tienen el don del discernimiento.
y expanden la luz espiritual
por todo el cosmos.
Los Querubines guardan la entrada
al Paraíso.
Son los portadores de la sabiduría final de este universo.
Ayudan a todos los que están
asociados
con la sabiduría,
y ofrecen fuerza
a todos los que están sintonizados
con la palabra de Dios.
Llenan el universo con la sabiduría de Dios.
Cuando estamos sintonizados con la
vibración
de su amor experimentamos las profundidades
de conocimiento de
nuestro interior.
Este es un reflejo claro y directo de la sabiduría
que
canalizan hacia nosotros, en su esperanza
de que conoceremos a Dios y
comprenderemos
la magnitud del amor incondicional
que vive dentro de nosotros.
Los Querubines nos ofrecen su
consciencia, clara
como el cristal, de la unidad de toda vida.
Se los conoce
como el Ángel de la Sabiduría,
el Ángel del Discernimiento y el Ángel del Conocimiento.
Son los mensajeros de Dios,
compartiendo su plenitud de amor y conocimiento.
Nos ofrecen la posibilidad de
conocer los misterios
de la vida a través de la transmutación
del conocimiento
en sabiduría.
No son el niño pequeño y gordinflón tan a menudo
pintado en el
arte Angélico, sino mas bien la pureza
de espíritu encarnada en los chiquitines
que se saben
a salvo y profundamente amados.
TRONOS
Estas entidades están relacionadas
con las acciones de los hombres.
Son entes que antiguamente eran
llamados Espíritus de las Estrellas
Llevan un registro de las acciones
en todos los tiempos o karmas.
Son también los constructores del
orden universal.
Los Tronos son la forma angélica
más próxima
a la Fuente Divina
misma.
Existen mas allá de la forma, y, sin embargo,
su función angélica es la
de transformar
los pensamientos en materia.
Existen al nivel del pensamiento
puro
y son los conductores
de la vibración del amor de Dios
hacia la forma
material.
Actúan como los Ojos de Dios y asumen
la forma
de corrientes arremolinadas de luz coloreada.
Se los conoce como el Ángel de
Ser.
El Ángel del Poder y el Ángel de la Gloria.
Transmiten el poder y la gloria de
la Fuente
a todo lo largo del universo, ofreciendo un constante
rayo de luz que
nos permita manifestar
este amor en nuestras vidas.
Cuando liberamos nuestras mentes y
experimentamos
abiertamente el momento, estamos viviendo la gloria
y el
esplendor de la creación
tal como se pretendía.
Existen en el momento siempre
presente, y conforme
progresamos más allá de nuestra identificación superficial
quien creemos ser y comenzamos a vivir como cocreadores
del universo junto con
la Fuente, descubrimos que existimos
más completamente en el presente.
De este modo somos atraídos a los
reinos de la creatividad,
el amor y la sabiduría, que son tan profundos
que
podemos ser incapaces de atar descripciones
con sentido de nuestras
experiencias.
Este es el Cielo del Paraíso, del
que poetas y místicos
han hablado a lo largo de las épocas.
Todo lo que requiere
de nosotros es que dejemos caer
nuestros egos y vivamos abierta y confiadamente
en el momento siempre presente, libres de las ilusiones
que incapacitan y
atrofian a nuestros espíritus.
Con la ayuda de los ángeles somos todos capaces
de vivir
tal como se pretendía, en gozo, en bienaventuranza
y con el
conocimiento de que somos
verdaderamente amados y queridos.
El reino de los Tronos es el nivel
más elevado
al que pueden ascender los ángeles.
Dan "alabanzas y gracias
interminables"
a la Fuente, sabiendo que este amor y misericordia
perduraran en la eternidad.
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